Autoestima corporal: aprender a mirarte con ternura

La autoestima corporal es la forma en que percibimos y valoramos nuestro cuerpo. No se trata solo de la apariencia física, sino también de la relación que tenemos con nuestro deseo, nuestra sensualidad y la manera en que habitamos nuestra piel. Para muchas personas LGTBIQ+, y en especial para hombres gays, la presión del “cuerpo perfecto” genera comparaciones, inseguridad y sensación de no ser suficiente.

La buena noticia es que puedes empezar a reconciliarte con tu cuerpo, aprendiendo a mirarlo con ternura y autenticidad. La terapia Gestalt y la terapia afirmativa LGTBIQ+ ofrecen herramientas para transformar esa mirada.


¿Qué es la autoestima corporal?

La autoestima corporal es el nivel de aceptación, aprecio y respeto que sentimos hacia nuestro propio cuerpo. Incluye:

  • Imagen corporal: cómo crees que te ven los demás.
  • Sensaciones físicas: cómo sientes tu cuerpo en movimiento, placer o descanso.
  • Valoración personal: cuánto influyen tu aspecto y tu físico en tu autoconfianza.

Factores que afectan a la autoestima corporal

  • Comparaciones en apps y redes sociales.
  • Estereotipos de belleza gay: musculado, joven, delgado o con determinadas características.
  • Homofobia interiorizada: rechazo a la feminidad o a la diversidad corporal.
  • Comentarios y burlas en la infancia o adolescencia.

Consecuencias de una autoestima corporal baja

  • Vergüenza al mostrarse desnudo o en la intimidad.
  • Ansiedad en espacios sociales (playa, gimnasio, discoteca).
  • Uso del sexo como forma de validación externa.
  • Desconexión del placer y de las sensaciones del cuerpo.

Cómo mejorar la autoestima corporal

Desde la terapia Gestalt y la terapia afirmativa, puedes empezar a:

  • Reconectar con el cuerpo: sentirlo más allá de la apariencia, desde el movimiento, la respiración y el placer.
  • Identificar las voces críticas: ¿de quién son los juicios que te repites?
  • Practicar el autocuidado: descansar, alimentarte bien, moverte de manera que disfrutes.
  • Mirarte con ternura: aprender a hablarte con respeto y cariño.
  • Explorar la sensualidad: abrir espacio a experiencias corporales libres de exigencia.

Conclusión

La autoestima corporal no depende de encajar en un ideal estético, sino de habitar tu cuerpo con aceptación y gratitud. Reconocerlo como refugio y fuente de placer es un acto de libertad y de resistencia frente a las presiones externas.

Si sientes que tu relación con el cuerpo está marcada por la exigencia o la vergüenza, la terapia puede ayudarte a transformar esa mirada.

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